Clear your mind

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miércoles, 24 de diciembre de 2014

GO HARD OR GO HOME

Esta vez ya no tengo miedo.

No me volverá a temblar el pulso cuando tome una decisión, no voy a atar lo que se debe ir ni correr tras la oportunidad perdida. Esta vez creo estar descubriendo lo que soy y lo que quiero,  y sobre todo, lo que puedo. Puedo tanto como quiera.

Me he visto flaquear ante la mirada ajena, dudar de mí misma en medio de la carrera, voltearme a ver quién me seguía, no más. Van a ser mis pasos los que marquen el camino, voy a ser yo quien dome a la fiera, voy a subir hasta el final las escaleras y abrir todas las puertas. No me asusta tropezar, tengo la fuerza que necesito para volverme a levantar. Todos mis errores me ayudaron a crecer, tus armas no me pueden herir y si acaso te preguntas por mi dolor, está, pero no es más fuerte quien no sufre, sino quien puede luchar contra el sufrimiento.

Fue un día que entendí que todo lo que quería lo podía tener, solo se trataban de desafíos, que quien no gana es porque no pelea, si realmente querés el premio estarías dispuesto a lo que fuera necesario. Y entendí que el miedo es bueno, es un impulso interno, no se puede tomar coraje si no se está asustado y si no temiéramos tampoco habría necesidad de superarlo. Y entendí que las críticas y ataques no son más que pruebas, la fe en tu objetivo no debería caerse ante ideas ajenas, los sueños no mueren mientras viva el soñador. ¿De qué sirve abandonar? Yo quiero que me ardan las rodillas de arrastrarme, que me pesen las piernas de correr, que me queme la cabeza por soñarlo tanto y sobre todo quiero, que al final, cuando haya llegado, ver mi estado deplorable y con una sonrisa de satisfacción decir “Valió la pena porque pude”.

[ A mitad del camino, cuando te rasguen el cuero, cuando te lloren los ojos y te pinchen los pies; a mitad del camino, cuando te hiele el alma, cuando te duelan los huesos y te cueste seguir; A mitad del camino te vas a preguntar porqué deberías seguir, hacele caso a tus motivos más fuertes y no a los más fáciles, cerrá los ojos y mira al futuro ¿Qué querés? Y eso es todo. No hablo de abandonar ni de continuar, hablo de elegir. Si es más grande el palacio, más costoso de construir. ]

No creo en la vieja excusa del “destino”, no esforzarte y no hacerte cargo. Creer que todo ya viene dado y solo hay que seguir un camino ¿Qué sentido tendría? Prefiero escribirlo yo misma, prefiero hacer la elección. Quizás porque en el pasado vi excusas donde ahora veo motivos, porque antes le huía al miedo y ahora lo desafío cara a cara y es acá, donde entendí, que por fin me armé del coraje suficiente para convertirme en una luchadora y no más una observadora pasiva, ni una conformista. Esta vez me siento lista y con ganas ¿Quién era que decía? “No está muerto quien pelea”.




"Mira, si tuvieras un disparo, una oportunidad, para conseguir todo lo que siempre has querido, un momento, ¿Lo aprovecharías? ¿O lo dejarías ir" 

Más claro, Eminem. 

lunes, 1 de diciembre de 2014

Somos esencia y materia.

No me hablen de belleza sin definir a qué hacen referencia. La belleza puede ser tan variable como en lo que a gustos refiere. Me tomo el atrevimiento de decir que no existe una belleza más real que la de la pureza, una belleza impalpable para nuestros sentidos, una belleza que corre invisible en cada uno de nosotros. Hay algo que va más allá de la ropa, del perfume particular de una persona, del corte de pelo, incluso de una forma de caminar o un tono de voz, porque aunque suene extraño, no te enamora una sonrisa o una piel, sino lo que esa sonrisa conlleva, por ejemplo. Hay algo que está en las personas mucho más profundo que todo lo que está expuesto, ese algo (que yo llamo “esencia”) se nota cuando se conoce realmente a una persona. Algunos exponen su esencia a quien se acerque un poco, otros prefieren enterrarla para los más valientes. Sin importar qué tan compleja sea, la esencia es única, y les aseguro que cuando se conoce la esencia de alguien, pueden cambiar para nuestros sentidos todas aquellas variables que percibíamos de una manera determinada en un momento anterior.

No niego el importante papel que juega lo físico, aquello que te atrae en un primer momento o que demarca ciertas relaciones llevándolas a uno u otro campo, pero soy partidaria de pensar que una buena esencia puede cegar completamente los otros sentidos y demostrar cuán real es, lo que en términos más generales y conocidos, podría decirse “belleza interior”. Sin embargo, prefiero hablar de “esencia” y no “belleza interior” por varios motivos. Para empezar me resulta artificial y subjetivo el término belleza, puesto que en más de un caso referimos justamente a lo contrario, la falta de belleza, la fealdad, y además, tampoco está definido qué es lo que limita esa belleza, qué variables hacen que se considere bello o no. Por otra parte, tampoco termino de convencerme de interior, me parece bastante ostentoso querer situar en un “interior” algo que desconocemos en realidad dónde está situado, algo que puede ser tan externo como invisible como profundo. ¡Qué facilidad para definir todo basándose en lo que la sociedad dice! Clasificar lo que es bello y lo que no, lo que es interno y exterior, todo teniendo en cuenta que no hay ningún estudio que verifique la validez de esos términos. En lo que a mí respecta, sigo eligiendo el término “esencia”. Situar todas esas características, esas formas, ese “interior”, tomarlo como parte de algo que todos tenemos. Me parece más viable pensar que nacemos con ella y la vamos editando, armando, construyendo y reformando. Me parece más viable hablar de que esa esencia también puede ser externa, porque por muy invisible que sea ante los ojos, la esencia va a transformar a la persona. Estoy completamente segura de que independientemente de cómo seas físicamente, la esencia por excelencia te define. Ante mis ojos, al menos, cada uno es un conjunto de esas dos partes, la esencia y la materia ¿Qué tan bella podría ser una persona que no tiene un ser bello? Por mucho que vista Prada y se perfume con Channel, si no limpia un poco lo que ustedes denominan “interior”, no puedo terminar de hallarla atractiva.


Todo ese gusto por alguien, sea la amistad, el amor, o simplemente el cariño, el “feeling”, yo jamás tendría la crueldad ni frialdad de decir que eso es puramente físico, o puramente cuestión del destino ¡Ni mucho menos! Hablo de esencia y todo lo que ella produce, como unas concuerdan con otras, y con otras no. No es una cuestión solamente de uno una relación, establecer ese vínculo conlleva poner parte propia por parte de los integrantes ¿Y quién dice que aún así va a salir bien? ¿Quién establece que esa relación va a perdurar? ¿Quién dice que es la persona equivocada o correcta? Puede, que simplemente, no sea la esencia que te complementaba. 
Desconozco la clase de vínculos que quien me lea establece, tampoco pretendo analizar la situación de cada uno y qué intereses pone en juego, pero podría decir que lo que lo lleva a leer esto es que una parte de su esencia se parece a la mía, esa pequeña parte que te hace interesarte por estas peculiaridades, un poco locas, un poco mías. Esa esencia que tiene, que lo define, y la que tengo, que me define, nos lleva a encontrarnos en un punto y alejarnos en otro, sino, es acá donde me cuestiono ¿Qué podría llevarnos a estar donde estamos, manejarnos como nos manejamos, relacionarnos como nos relacionamos e interesarnos por lo que nos interesamos?