No te miro a los ojos porque sean celestes, sino porque me dicen la verdad. No te lo digo al oído porque lo quiero ocultar, sino porque quiero que me escuche el amor. Cuando estoy triste no te sonrío no porque te quiera lastimar, sino porque me gusta sonreírte cuando me llenas de felicidad. No tengo miedo de decirte la verdad porque sé que de todas formas tú me aceptarás. El amor verdadero no lo puedes buscar, digamos que llega sin más y lo sabrás en el momento en el que logres AMAR & ACEPTAR ambas a la vez.
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