Me encanta tu manera de bailar y bailar, porque ahoga mis
penas al verte danzar. Me encanta tu manera de gritar y gritar porque aturde
mis sollozos al oír tu voz. Me encanta tu manera de pensar y pensar porque
lleva mis pensamientos allí a donde estás. Me encanta tu manera de reír y reír
porque olvido lo que se siente sufrir. Me encanta tu manera suave en cada movimiento
porque hace cálido incluso el invierno. Pero sobre todo me gusta, me encanta y
me enloquece la manera en la que amas, desmedida, insatisfecha, completa y
apasionada. Esa manera tan particular
y entregada de amar, esa manera hace que no vea más allá de vos, enceguecida
por el cariño que derramas, perdida entre delicadas notas de música, una
posicionada sobre otra llevándote al compás de la felicidad, marcando con cada
paso un latido de tu corazón. Un simple sonido te puede transportar al
infinito, a otro lugar, a otra época, a otro espacio, lo sé, lo sé porque lo
veo en tus ojos, cómo brillan cuando sueno para vos, cuando aturdo con mis
notas impasibles, sé que bailas por amor.
AMAR. Eso me
encanta, me encanta de vos que sabes brillar con la simpleza de una estrella,
me encanta de vos que sabes incendiarte con la simpleza del Sol, me encanta de
vos que sabes volar con la simpleza de un águila real, me encanta de vos que
sabes unirte a mi ritmo con la simpleza que las olas se unen en el mar. ¿Sabes?
No hay nada más hermoso que apreciarte bailar, estoy segura que no amas a nada
igual. Puedo ver un deseo de mejorar la perfección que tenes, de pulir cada
movimiento incluso hasta quedar desgastado, de repetir cada sensación hasta
memorizar los sentimientos que trae a vos la música. Y recuérdame, nunca
olvides que siempre estaré sonando, y no olvides que yo voy a donde vayas, y recuerda que no hay mejor ritmo que el que
marca el corazón. Yo sé que podes vivir sin todo, porque soy tu verdadero
amor, yo sé que fui; fui yo, la música, quien te creó, vos viniste al mundo
para darle sentido a mi labor.