No tengo claro qué es lo que creo, en qué creo y en qué no
quizás. No podría definir con exactitud quien soy o que estoy haciendo. Podría
escribir una lista infinita de preguntas semejantes, sinceramente prefiero
escribir las respuestas que hasta ahora encontré.
Estoy acostumbrada a decir que soy atea, no tengo un motivo
justificado para negar la existencia de Dios, tampoco tengo ningún motivo para
creer que existe. Sin embargo, no todo es tan fácil, recientemente escuché en
la televisión a un hombre decir que las
personas nos quejamos de la “religión organizada”, pero qué es lo que queremos,
que si “religión desorganizada” suena mejor, realmente ¿Suena mejor? ¿O queremos no
creer en nada, vivir como robots yendo y viniendo, sin creencias?. Es irónico porque a pesar de que no me
hizo creer, sí logró que reflexionara; más allá de los inventos capitalistas de
la iglesia, lo comercial y las ambiciones materiales, no creer en nada no va a
cortar mis lazos con el capitalismo, no me va a hacer olvidar los caprichos materiales.
Si bien no necesito una iglesia que guíe mis creencias, tampoco va a hacerme
mejor persona no rezar, ni creer. Si bien nunca estuve de acuerdo con bastantes
principios que plantea la Biblia, ni todos los mandamientos, ni predicciones
del Nuevo y el Viejo Testamento, hay otros que lograron mejorar por eso.
Preferiría ser una monja que un delincuente y quizás este en esta mínima
comparación una verdad que nunca veo, fueron esos pensamientos estructurados y
milenarios los que hicieron de la monja una mejor persona, respetar principios
que aunque no me parezcan del todo justificados, la guiaron por un camino un
poco más sano. El delincuente, en cambio, más allá de la fe que tenga o no, no
sigue reglas, no sigue principios ni mandamientos y entonces, es más libre pero
¿A cambio de qué? ¿Fueron mejores sus resultados? Con esto no digo que la
religión sea la solución ni lo mejor,
simplemente me remito a los hechos, las religiones, sin importar cual,
pues todas en cierto punto coinciden en lo mismo, las religiones hacen a las
personas ser un poco mejor, a base de una creencia los llevan a ser un poco más
puros. Sin religión se puede, no es necesario creer en dios, pero creo fielmente que en la vida es necesario
tener creencias, creer en vos, creer en los demás, o creer en un dios, creer en
lo que vos más quieras, pero creer; Salvo que consideres mucho mejor caminar
por la vida sin nada, completamente vacío. Tener un sueño, sentir amor o
buscar la felicidad ya es creer en algo y eso es todo lo que importa.
Punto a parte de las creencias. Aprovechar. Recurrí a un día cualquiera en tu vida, el más
cotidiano y date cuenta la cantidad de detalles que son invisibles a nuestros
ojos. Repetimos constantemente “no valoras lo que tenes hasta que lo perdes”, y
suelo pensar que es mentira ¿Quién dijo que no lo valoramos? Yo creo que a
veces simplemente no lo aprovechamos. Un día común en mi vida me levanto y
tiendo a sonreír, DETESTO levantarme temprano para ir al turno mañana (turno
que yo elegí) y sin embargo soy feliz porque estoy yendo a cursar la carrera
que elegí y que tanto esfuerzo hice por ser de los ingresantes a la
universidad. Hago lo que hago y sacrifico
lo que sacrifico porque sé que vale la pena intentar lo que quiero. Cuando
vuelvo de la facultad suele esperarme mi mamá con el almuerzo ¿Saben lo que es
eso? Tener la suerte de que tu mamá te cocine, el esfuerzo que hace por darte
mil cosas, y la manera en que te quiere que no cualquiera lo hace así, sino
preguntale cómo es el amor por un hijo. Eso y las tardes en compañía en
familia, las peleas con un hermano/a, las risas viendo la tele o que te
acompañe al chino ¿Se dan cuenta la peculiaridad de esas cosas? Tan chiquitas y
especiales, a veces lo más lindo está en la cotidianeidad. APROVECHAR, de eso
hablo, aprovecha a las personas que te rodean mientras las tengas para que el
día que se vayan sepas que hiciste todo lo que tenías que hacer, aprovecha las
sonrisas igual que las lágrimas, aprovecha los buenos momentos, aprovecha los
grandes esfuerzos porque son los que te llevan a aprovechar los grandes
resultados, aprovecha los lugares, el tiempo, TODOTODOTODOTODOTODO TOOOOOOOOODO
TENES QUE APROVECHAR. Aprovecha que estás vivo, que estás donde estás, con
quienes estás y quienes estuvieron, no dejes que la costumbre borre la magia de
las cosas, todo es especial y por mucha costumbre que haya siempre puede
desvanecerse, entonces no esperes a perderlo para aprovecharlo como deberías.
Aprovecha cada oportunidad de sonreír, creo que es justo la receta de ser
feliz.
Estamos hechos de sueños y rodeados
de oportunidades, es por eso que hay que CREER Y APROVECHAR.
Es la canción que acompaña a la serie, la historia que me marcó y que me enseñó bastantes cosas. La banda sonora de la mejor serie que ví en mi vida. Polseres Vermelles, de Albert Espinosa. Un poco gracias a esto puedo escribir las cosas que escribo y pensar como pienso.