No me hablen de belleza sin definir a qué hacen referencia.
La belleza puede ser tan variable como en lo que a gustos refiere. Me tomo el
atrevimiento de decir que no existe una
belleza más real que la de la pureza, una belleza impalpable para nuestros
sentidos, una belleza que corre invisible en cada uno de nosotros. Hay algo que
va más allá de la ropa, del perfume particular de una persona, del corte de
pelo, incluso de una forma de caminar o un tono de voz, porque aunque suene
extraño, no te enamora una sonrisa o una piel, sino lo que esa sonrisa conlleva,
por ejemplo. Hay algo que está en las personas mucho más profundo que todo lo
que está expuesto, ese algo (que yo llamo “esencia”) se nota cuando se
conoce realmente a una persona. Algunos exponen su esencia a quien se acerque
un poco, otros prefieren enterrarla para los más valientes. Sin importar qué
tan compleja sea, la esencia es única, y les aseguro que cuando se conoce la
esencia de alguien, pueden cambiar para nuestros sentidos todas aquellas
variables que percibíamos de una manera determinada en un momento anterior.
No niego el importante papel que juega lo físico, aquello
que te atrae en un primer momento o que demarca ciertas relaciones llevándolas
a uno u otro campo, pero soy partidaria de pensar que una buena esencia puede
cegar completamente los otros sentidos y demostrar cuán real es, lo que en
términos más generales y conocidos, podría decirse “belleza interior”. Sin embargo, prefiero hablar de “esencia” y no “belleza
interior” por varios motivos. Para empezar me resulta artificial y subjetivo el
término belleza, puesto que en más de
un caso referimos justamente a lo contrario, la falta de belleza, la fealdad, y
además, tampoco está definido qué es lo que limita esa belleza, qué variables
hacen que se considere bello o no. Por otra parte, tampoco termino de
convencerme de interior, me parece
bastante ostentoso querer situar en un “interior” algo que desconocemos en
realidad dónde está situado, algo que puede ser tan externo como invisible como
profundo. ¡Qué facilidad para definir todo basándose en lo que la sociedad
dice! Clasificar lo que es bello y lo que no, lo que es interno y exterior,
todo teniendo en cuenta que no hay ningún estudio que verifique la validez de
esos términos. En lo que a mí respecta, sigo eligiendo el término “esencia”.
Situar todas esas características, esas formas, ese “interior”, tomarlo como
parte de algo que todos
tenemos. Me parece más viable pensar que nacemos con ella y la vamos editando,
armando, construyendo y reformando. Me parece más viable hablar de que esa
esencia también puede ser externa, porque por muy invisible que sea ante los
ojos, la esencia va a transformar a la persona. Estoy completamente segura de
que independientemente de cómo seas físicamente, la esencia por excelencia te
define. Ante mis ojos, al menos, cada uno es un conjunto de esas dos partes, la esencia y la materia ¿Qué tan bella podría ser una persona que no tiene un ser bello? Por mucho
que vista Prada y se perfume con Channel, si no limpia un poco lo que
ustedes denominan “interior”, no puedo terminar de hallarla atractiva.
Todo ese gusto por alguien, sea la amistad, el amor, o
simplemente el cariño, el “feeling”, yo jamás tendría la crueldad ni frialdad
de decir que eso es puramente físico, o puramente cuestión del destino ¡Ni
mucho menos! Hablo de esencia y todo lo que ella produce, como unas concuerdan
con otras, y con otras no. No es una cuestión solamente de uno una relación,
establecer ese vínculo conlleva poner parte propia por parte de los integrantes
¿Y quién dice que aún así va a salir bien? ¿Quién establece que esa relación va
a perdurar? ¿Quién dice que es la persona equivocada o correcta? Puede, que
simplemente, no sea la esencia que te complementaba.
Desconozco la clase de
vínculos que quien me lea establece, tampoco pretendo analizar la situación de
cada uno y qué intereses pone en juego, pero podría decir que lo que lo lleva a
leer esto es que una parte de su esencia se parece a la mía, esa pequeña parte
que te hace interesarte por estas peculiaridades, un poco locas, un poco mías.
Esa esencia que tiene, que lo define, y la que tengo, que me define, nos lleva
a encontrarnos en un punto y alejarnos en otro, sino, es acá donde me cuestiono
¿Qué
podría llevarnos a estar donde estamos, manejarnos como nos manejamos,
relacionarnos como nos relacionamos e interesarnos por lo que nos interesamos?
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