Hay palabras que las
nenas no pueden usar, el fútbol es para varones, las mujeres debemos desnudarnos ante quienes
lo merezcan porque quien se acuesta con más de hombre es una puta, las niñas
van de rosa y bien tapaditas, que si provoca, lo que le pase ella se lo buscó.
Por favor mujeres vistan talle único, te quieren con curvas pero sin panza ni
kilos de más. Cuando las jóvenes salgan no usen tacos muy altos que son de
prostituta, pero tampoco zapatos bajos como los niños, no usen polleras muy
cortas porque son de buscona, pero tampoco muy largas porque entonces
significará que no se saben vestir, no se pongan demasiado maquillaje que
parecerán travestis pero no vayan sin maquillar porque estarán poco atractivas,
no sean insoportablemente histéricas, tampoco sean fáciles, pero déjense ganar.
Ese short es muy corto, esa remera muy escotada, ese tatuaje te queda mal, ese
aro es de hombre, sonreí un poco, no camines así camina asá, trabajá para
independizarte pero ocupate de la casa no olvides que sos mujer, ¿¡Cómo no
sabes cocinar?! Tendrías que hacerle la comida a tu familia pero no comas con
ellos ¡no vayas a engordar! Ay mujer, ay mujer, “mirate al espejo y querete”
te dice la sociedad, la misma sociedad que cuando te aceptas te quiere cambiar.
A las mujeres nos trajeron al mundo al igual que los hombres
pero las religiones dicen que éramos una costilla del hombre, o que somos objetos,
o que no tenemos alma. Los medios nos venden como excelentes objetos de
comercio, servimos para promocionar autos, programas de televisión, lavaplatos,
alcohol y mientras algunos nos muestran como auténticos objetos sexuales que te
podes ganar si te comes ese chicle, si te compras ese auto, si usas ese
desodorante, otros nos muestran como excelentes amas de casa y responsables de
la vida familiar. Tenemos que respetar reglas básicas de la feminidad pero
también ser como los mejores amigos del hombre, nos quieren difíciles pero
expertas sexuales, nos quieren provocando pero lo justo, no nos quieren
exclusivas ni libres. ¿Qué nos están haciendo? ¿Y qué nos dejamos hacer?
No voy a caer en el extremismo de decir que los únicos
culpables son ellos porque muchas veces fuimos cómplices. Hay personas de ambos
sexos divirtiéndose en la balanza donde ellos pesan más que nosotras, hay
personas de ambos sexos ganando millones gracias a la mujer usada como un
producto, a la mujer expuesta y que cumple tan bien ese “rol” designado. No gracias, te agradezco pero yo prefiero
ser libre. Prefiero ser mujer por el sexo que tengo y no volcarme a ese
lugar que me otorga la sociedad, prefiero morir a manos de un enfermo por
vestirme como me visto a vivir el resto de mis días bajo una túnica negra,
prefiero defenderme, prefiero ser mujer hasta el punto que yo lo decida, y por
mujer me refiero a lo que la naturaleza me dio y no a lo que la sociedad me
impone.
Las mujeres no estamos por debajo de los hombres ni
económicamente, ni físicamente, ni mentalmente. Las mujeres no somos las
encargadas de los quehaceres del hogar. Las mujeres no debemos vernos siempre
atractivas. Las mujeres no debemos ser
las únicas responsables de criar a un hijo. Las mujeres no debemos privarnos de
expresar nuestras ideas ni que el sexo sea tabú. Las mujeres no somos un premio
a conseguir ni una mascota a la que educar. Las mujeres nos vestimos como queremos
y para nosotras, lo que le “provoca” al hombre está en su mente y no en la
nuestra. Hombres, las mujeres venimos del
mismo lugar que ustedes, del
vientre de una madre. Y cuando hablamos de todo aquello que la sociedad nos
restringe y establece, hablamos de creencias milenarias, del lugar que
ocupábamos y no deberíamos ocupar más. De lo que querían que fuéramos y muchas
de nosotras se rebelaron para no ser. ¿Podemos entonces por favor dejar de
clasificarnos entre nosotras? ¿Podemos respetarnos entre el mismo sexo? No
podemos buscar la compresión en ellos si primero no nos entendemos entre
nosotras. ¿Pueden entonces ustedes dejar de cosificarnos? ¿Pueden por favor
dejar de juzgarnos, y adjudicarnos lo que debemos y no hacer como “Mujeres”?
Y respetarnos no es decir “ni una menos” y lavarse las manos. No nos respetas cuando te
sentas en la mesa y esperas que nosotras la pongamos, y que también la
levantemos y que también lavemos los platos. No nos respetas cuando te das
vuelta para mirar un culo ni cuando nos tocas bocina. No nos respetas cuando
decís “es rapidita, seguro entrega”. No nos respetas cuando te reís de que una
parece un machito por cómo se ve. No nos respetas cuando te molesta nuestra opinión
en el fútbol o pensas que por supuesto era una mujer la que manejaba. No nos
respetas cuando te crees muy machito por tener muchas mujeres. No nos respetas
pero querés que te respetemos. Te aprendiste tan bien lo que la sociedad te
quiso hacer creer que tu lugar como macho es más importante que nuestro lugar
como mujeres. Y a vos mujer machista, lo siento. Realmente lo siento porque te
hayas creído todas las mentiras que te dijeron de vos misma, por haberte comido
el papel que te dieron. Pero sobre todo lo siento por nosotras, las mujeres que
no queremos ser sumisas, las que nos hacemos cargo de las críticas por intentar
ser lo que queremos y no lo que nos pidieron.
Recuerden que razonable es el que tiene argumentos para
sostener la razón. Y lo que la cultura diga no es argumento. Y lo que uno
critica habla más de uno mismo que de lo que se critica en sí.
Un saludo a todos los que decidan reflexionar y cuestionarse. Y muchos deseos a nosotros, como
sociedad, para que avancemos y
evolucionemos.
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