-¿Dónde estabas? -¿Y tú? -Yo...Pues estaba en mi casa, esperándote. -¡Qué bien! -Pero, ¿Por qué no me respondes? -¿Que te responda qué? -Que ¿Dónde estabas? -Ah! eso... -Pero ¿Qué pasa que no quieres responder?. -Pues, que no te quiero mentir, por lo que prefiero no responder. -Entiendo... -No, no entiendes... -Sí, es bastante obvio... -No, lo estás malinterpretando. -Entonces dime dónde estabas. -Te he dicho que no puedo responderte. -Pues nada, no me respondas, cuando decidas decirme la verdad, estaré aquí esperando. -Es que no me entiendes. -Pues explícate y verás como te entiendo. -No puedo! -Buen, no me digas nada, pero hemos terminado. -¿Por qué? -Porque yo no quiero alguien que me engañe. -¿Cuándo te he engañado? -Vete tú a saber cuántas veces... -No es justo esto que estás haciendo. -Ah! ¿Y tú eres justa? ¿Tú acaso estás siendo justa? Porque entonces me he perdido un capítulo. -No sabes nada... -Ese es justo el problema. Vete. -¿Sabes qué? Acabas de arruinarlo todo, porque las relaciones se basan en la confianza. -Y en la fidelidad, en la verdad, no puedo estar con alguien que no es sincera... -Pues vale, voy a serte sincera, total ya lo has arruinado todo, había ido a casa de tu amigo, SÍ, tu amigo Mark, porque estábamos organizando una sorpresa por nuestro aniversario. ¿Ahora me crees o todavía piensas que soy una mentirosa? Me voy. Cuando decidas pedir perdón, o arrepentirte, o algo, estaré en mi casa.
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