Lo particular de las montañas rusas es que todo es igual que la vez anterior y sin embargo, nunca lo sentimos así. Recuerdo las últimas veces, incluso la primera, tenía un miedo de aquellos, era un manojo de nervios y varias veces pensé en la excusa de que la fila estaba muy llena, así me iba. "¿Vale la pena pasar tanto miedo?" pensaba, "¿Y si termino sintiéndome mal?". Sola me daba cuerda a todos esos pensamientos inventando alguna excusa para escaparme. Indescriptible es el momento previo a mi turno, esa ronda de espera cuando sé que la próxima pasada es la mía. Un nudo en la panza y yo puro nervio, estoy jugadísima y no queda otra que subir ¡Carajo! Parece como si la gente se sentara más lento y todo fuera más largo e interminable. Pero al final me subo, son solo segundos, quizás algún minuto, sacudidas para arriba y para abajo, vueltas y velocidad al mango. Salgo toda loca y llena de adrenalina, siempre. Grité, me reí, me agarré a mi compañero y con los ojos bien abiertos no sabía controlar la emoción. Se me pasa el miedo y bajo incluso con ganas de subir otra vez.
Suplicando una vuelta más, siempre.
Como en la vida misma. Como sentir. Quizás sea tan amante de esa sensación porque es justamente donde me hallo. Mi vida es así y cuando no lo es, me gustaría que lo fuese. Yo misma incluso, sintiendo soy así, una loca de los extremos, las vueltas, las subidas y las bajadas. Muerta de miedo me subo y salgo siempre con ganas de más. No sé si fue tan bueno o en realidad lo lindo está en experimentar, en sentir como todo está perfecto y de repente te das un par de vueltas y no sabes ni dónde estás. Cabeza abajo, cabeza arriba, los brazos extendidos y gritando. Son unos instantes pero tienen la intensidad de todo y más.
Ahí está el sabor.
Con las personas y las cosas. Y las situaciones. Constantemente estoy buscando sentirme así, llevar esa emoción bien calada en la piel. Porque aunque admiro la estabilidad emocional, sentir de todo y muy fuerte me hace acordar cuan viva estoy. Vida es eso. Vida es sentir, lo malo y lo bueno. Sentir es intenso, tiene fuerza. Sentir te sube y te baja como elige y te lleva a donde sea. Sentir le da color a tus mejillas y te vuela un poco la melena. Sentir te hace alterar la sangre y dudar de vos mismo. Sentir es un riesgo que siempre vale la pena. Querer, asustarse, arriesgarse, dudar, arrepentirse, aferrarse, enloquecerse, amar, odiar, sufrir, llorar, gritar, olvidarse y renovarse, distenderse, alegrarse y querer más. Que venga lo bueno y también lo malo, que lo malo sirve para saber qué tan bueno es lo bueno.
Que sea con quien sea la travesía, que sea viva y loca, que sea de día y de noche, y que suba y que baje, y que me altere las sensaciones. Que me movilice. Supongo que no habrá nada más nocivo para la salud que vivir en mar calmo.
Calmame el alma si así lo podes, pero nunca dejes de moverme las emociones. Nunca dejes de alterarme los sentidos. Me siento más viva así. Me siento viva en la montaña rusa.