Clear your mind

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domingo, 9 de febrero de 2014

Un mar de sensaciones




Caminaba a paso lento mirando simplemente al frente, embriagándome de ese sonido etéreo, respirando el particular olor a sal que inundaba mis pulmones. No podía dirigir la vista hacia otro lugar que no fuera el frente, completamente embelesada por esa eternidad azul, esa línea indistinguible que separaba el mar y el cielo. ¿Habrá mayor plenitud? Mi mente volaba libremente muy lejos de toda realidad, explorando cada recoveco oscuro y dándole luz, arrancando las espinas que apuñalaban el pasado; Me concebí apenas unos segundos para reflexionar hasta dónde había llegado, a base qué, a base de quién. Inspirando profundo, limpiando mi interior de una bocanada de aire puro continué avanzando hasta que mis pies se vieron envueltos en agua fría, fría y llena de paz. Alguna fuerza que ignoraba supongo que fue la que empujaba de mi hacia el interior, observando pacíficamente cada ola y sus movimientos, luchando contra las fuerzas que quieren llevar de acá para allá, me hundí. 

Que simple puede ser todo ¿No? No importa la cantidad de problemas ni su grado de dificultad, siempre llevamos la paz dentro, pero no siempre logramos llegar a ella, saber cómo llegar a ella. Siempre hay un lugar en el mundo, una sensación, simplemente algo que nos lleva directo a la calma, que nos ahoga las preocupaciones, que nos borra del mundo y nos transporta tan solo un poquito más allá. Todos esos ruidos superficiales, esos dolores artificiales, esas heridas que dejan las luchas, esas distracciones constantes, todos esos son los que nos llevan a desconocernos, a perdernos, ensuciarnos y contaminarnos. ¿Nunca te preguntaste quién eras realmente? ¿Qué querías en la vida? ¿Qué esperabas de vos mismo? Como llevado por la corriente te justificas con "el destino", pero ¿Crees en el destino? ¿Qué es el destino sino una remota excusa para no luchar? "Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar." 

Me impulso desde lo profundo y salgo a flote, inspiro, expiro, inspiro, expiro...Disfrutando de cada uno de los segundos me aturde la felicidad, desconozco sensación más bella que dejarme llevar por el mar. Será que en cada uno de sus movimientos encuentro la paz que cada uno debería tener, será que todas las emociones que me provoca me llevan directo a otro lugar, a otra dimensión. El frío que emerge desde lo más profundo del agua suaviza el calor habitual que llevo conmigo, corta los cables directo a tierra y me dejo mecer en el oleaje salvaje que ataca la orilla. Creo haber olvidado la vida completa cuando me entrego a ese mar de sensanciones indescriptibles, abrasadoras y despiadadamente tentadoras. Renazco cada vez que las experimento; Abro lentamente los ojos y veo el cielo, dudo que exista el paraíso después de haberme maravillado de esta forma en la Tierra. Retomo mis conexiones con la vida, con la rutina, con mi ser, con todo aquello que me rodea. 

Cada día me recuerdo que todos tenemos la felicidad al alcance de la mano, y agradezco ser de aquellos que saben estirar el brazo para tomarla. 

Todos tenemos un lugar en el mundo, si no lo encontraste, entonces te falta buscar.


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